Tras su disertación en Beijing, Alan García evitó declarar sobre acusaciones de la 'Megacomisión'.
Michael Zárate, Beijing.
Michael Zárate, Beijing.
Mientras en el Perú la 'Megacomisión' del congresista Sergio Tejada recomendaba acusarlo constitucionalmente, al otro lado del mundo –en la hoy calurosa y asfixiante Beijing– el ex presidente Alan García se codeaba con quien (todo parece indicar) será el máximo líder de China a partir de marzo del año entrante, el actual vicepresidente Xi Jinping, así como con el ministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi.
Ratificando las ideas que esbozara en su último libro Contra el temor económico: Creer en el Perú, García Pérez se presentó en el Foro Mundial por la Paz, organizado por la Universidad Tsinghua, con un discurso sumamente optimista y entusiasta respecto a la crisis de la zona euro, ante invitados como el ex primer ministro francés Dominique de Villepin y el ex jefe de la diplomacia europea Javier Solana.
"Si nos guiamos por lo que dicen los medios de comunicación, creeríamos que se aproxima una crisis dramática como la de 1929, o el fin del mundo en una catástrofe de enfrentamiento general", dijo el líder aprista, para quien los problemas de Grecia, España e Italia "son pequeños" en relación con la capacidad de producción del mundo.
"Yo me pregunto: ¿Por qué el mundo tiembla cuando Grecia tiene un problema? Porque los periódicos lo dicen. La producción griega es el 0,3% de la producción mundial, lo que significa que, respetando a sus filósofos, a su pensamiento y a su pueblo, cualquier cosa que ocurriera en Grecia no tendría un impacto de gran dimensión sobre el mundo, y ni siquiera sobre Europa", argumentó el ex jefe del Estado.
García destacó los avances de la economía peruana durante su segundo gobierno, a pesar de la crisis desencadenada en el 2008. En ese sentido, señaló que el país "siguió los consejos del sabio Deng Xiaoping" en cuanto a los principios de apertura, inversión, trabajo y tecnología, y por eso "pudimos duplicar en cinco años el PBI y reducir la pobreza de 48% a 28% de toda la población".
"Si el actual gobierno continúa con ello, estoy seguro de que reducirá mucho más la pobreza, pero manteniendo la apertura y los tratados de libre comercio", añadió.
Si bien García Pérez –quien estuvo acompañado por el ex canciller José Antonio García Belaunde– prefirió en todo momento abstenerse de comentar sobre la política interna peruana, no pudo evitar que el presidente del Instituto de Asuntos Exteriores del Pueblo Chino, Yang Wenchang, le preguntara a boca de jarro: "¿Volverá usted a postular a la Presidencia del Perú?".
"Hay un principio histórico fundamental. Todo el que viene a China, es elegido presidente", fue la respuesta de García que desató el aplauso, los comentarios y las sonrisas de los asistentes al edificio principal de la Universidad Tsinghua.
"En el 2006, unos meses antes de la elección, visité por sétima vez China. Hoy estoy por octava vez en China y vendré todas las veces que sean suficientes hasta el año 2016, que hay elecciones en mi país", agregó.
Horas más tarde, en breve diálogo con este medio en el hotel donde se hospedaba en Beijing, García indicó que el viaje a China que más recuerda es el que hizo en 1983, cuando, en su calidad de secretario general del Partido Aprista, pudo conversar con el entonces presidente Li Xiannian y con el padre de la reforma y apertura china, Deng Xiaoping.
"Fue una noche maravillosa en la Ciudad Prohibida, en uno de los departamentos del presidente Li Xiannian, y ahí escuché por primera vez los proyectos de modernización que tenían para la zona de Shenzhen y para las cercanías de Beijing", expresó.
NADA DE MEGACOMISIÓN
"El sistema político chino no es un sistema dinástico, de apellidos, de familias, sino un sistema de selección de personas dentro de ciertos objetivos, y creo que está resultando ser un sistema enormemente inteligente. Lo que ocurre en China es la mayor revolución social de la historia", puntualizó el ex mandatario, quien señaló que hablar del siglo XX, "con su revolución soviética y sus guerras", es como hablar "del siglo X y sus pestes".
Finalmente, y cuando el ex presidente se disponía a tomar su automóvil para ir a cenar por la plaza Tiananmen, este periodista le preguntó si le gustaría volver a ser presidente del Perú.
"Tal como me tratan, no", fue lo único que dijo. Y luego de reiterar que no deseaba hablar de la 'megacomisión' Tejada, se retiró del hotel. Le faltaban apenas unas horas para dejar Beijing.
Ratificando las ideas que esbozara en su último libro Contra el temor económico: Creer en el Perú, García Pérez se presentó en el Foro Mundial por la Paz, organizado por la Universidad Tsinghua, con un discurso sumamente optimista y entusiasta respecto a la crisis de la zona euro, ante invitados como el ex primer ministro francés Dominique de Villepin y el ex jefe de la diplomacia europea Javier Solana.
"Si nos guiamos por lo que dicen los medios de comunicación, creeríamos que se aproxima una crisis dramática como la de 1929, o el fin del mundo en una catástrofe de enfrentamiento general", dijo el líder aprista, para quien los problemas de Grecia, España e Italia "son pequeños" en relación con la capacidad de producción del mundo.
"Yo me pregunto: ¿Por qué el mundo tiembla cuando Grecia tiene un problema? Porque los periódicos lo dicen. La producción griega es el 0,3% de la producción mundial, lo que significa que, respetando a sus filósofos, a su pensamiento y a su pueblo, cualquier cosa que ocurriera en Grecia no tendría un impacto de gran dimensión sobre el mundo, y ni siquiera sobre Europa", argumentó el ex jefe del Estado.
García destacó los avances de la economía peruana durante su segundo gobierno, a pesar de la crisis desencadenada en el 2008. En ese sentido, señaló que el país "siguió los consejos del sabio Deng Xiaoping" en cuanto a los principios de apertura, inversión, trabajo y tecnología, y por eso "pudimos duplicar en cinco años el PBI y reducir la pobreza de 48% a 28% de toda la población".
"Si el actual gobierno continúa con ello, estoy seguro de que reducirá mucho más la pobreza, pero manteniendo la apertura y los tratados de libre comercio", añadió.
Si bien García Pérez –quien estuvo acompañado por el ex canciller José Antonio García Belaunde– prefirió en todo momento abstenerse de comentar sobre la política interna peruana, no pudo evitar que el presidente del Instituto de Asuntos Exteriores del Pueblo Chino, Yang Wenchang, le preguntara a boca de jarro: "¿Volverá usted a postular a la Presidencia del Perú?".
"Hay un principio histórico fundamental. Todo el que viene a China, es elegido presidente", fue la respuesta de García que desató el aplauso, los comentarios y las sonrisas de los asistentes al edificio principal de la Universidad Tsinghua.
"En el 2006, unos meses antes de la elección, visité por sétima vez China. Hoy estoy por octava vez en China y vendré todas las veces que sean suficientes hasta el año 2016, que hay elecciones en mi país", agregó.
Horas más tarde, en breve diálogo con este medio en el hotel donde se hospedaba en Beijing, García indicó que el viaje a China que más recuerda es el que hizo en 1983, cuando, en su calidad de secretario general del Partido Aprista, pudo conversar con el entonces presidente Li Xiannian y con el padre de la reforma y apertura china, Deng Xiaoping.
"Fue una noche maravillosa en la Ciudad Prohibida, en uno de los departamentos del presidente Li Xiannian, y ahí escuché por primera vez los proyectos de modernización que tenían para la zona de Shenzhen y para las cercanías de Beijing", expresó.
NADA DE MEGACOMISIÓN
"El sistema político chino no es un sistema dinástico, de apellidos, de familias, sino un sistema de selección de personas dentro de ciertos objetivos, y creo que está resultando ser un sistema enormemente inteligente. Lo que ocurre en China es la mayor revolución social de la historia", puntualizó el ex mandatario, quien señaló que hablar del siglo XX, "con su revolución soviética y sus guerras", es como hablar "del siglo X y sus pestes".
Finalmente, y cuando el ex presidente se disponía a tomar su automóvil para ir a cenar por la plaza Tiananmen, este periodista le preguntó si le gustaría volver a ser presidente del Perú.
"Tal como me tratan, no", fue lo único que dijo. Y luego de reiterar que no deseaba hablar de la 'megacomisión' Tejada, se retiró del hotel. Le faltaban apenas unas horas para dejar Beijing.

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